septiembre 06, 2011

El Sueño del Esquimal #331, jueves 15 de septiembre





El Sueño del Esquimal te invita para entrar en una fuente de tonalidades, texturas y atmósferas brumosas, nuevos espacios para la exploración sónica... desde la juventud hasta los campos extendidos en la investigación teutona. Salud!








Las cosas más entrañables se construyen de detalles. La combinación de todos ellos logran crear algo que se quedará en nosotros por siempre y que difícilmente olvidaremos. Alec Koone es Balam Acab y su música es grande por los pequeños rasgos importantes que contiene. Nunca van a corear una de sus canciones, ni tampoco a bailar con ella de fondo por que no es un placer espontáneo ni pasajero. Balam Acab se queda adentro de la persona.

"Wander / Wonder" es la formal carta de presentación de un adolescente de veinte años que suena un poco mayor. Sus creaciones son de gente experimentada pero siempre gozan de una brisa de incertidumbre, temor y demás sentimientos propios de la etapa difícil. No es sencillo tomarlo por los cuernos y cuesta trabajo si no se va con la intención debida, pero la recompensa es tan jugosa como lo atento que se necesita estar.
Koone no toca ningún instrumento, lo construye todo a partir de sonidos terrenales y sobrias bases electrónicas brindando un animal que es enteramente sintético pero que a la vez se siente tan vivo como la naturaleza propia. Su encanto radica en su complejidad; carece de una estructura normal y su narrativa es inexistente, más cercano a lo que Stan Brakhage solía hacer en pantalla grande... pero en nuestros oídos.
Recorrer el disco de principio a fin es similar a mirar a un artista realizando una pintura frente a nuestros ojos, similar a tomar fotografías panorámicas a los paisajes de nuestros sueños. "Welcome" es la parte en donde todo está lleno de oscuridad y no se sabe lo que vendrá después, pero en donde no se siente una incomodidad si no extrañas ganas de seguir adelante. El disco transporta a lugares, unos más lindos y optimistas.
Cada canción se vuelve más envolvente, poderosa y bella que su antecesora en un ejercicio lleno de magia e incertidumbre adolescente. Es una exploración de texturas y atmósferas en donde es fácil perdernos por horas sin darnos cuenta de cuantas fueron; escuchen "Motion" y verán lo imposible que es no imaginarse en lugar lleno de luz y colores anormales. Escuchar sonidos de agua corriendo, cánticos de aves o el quebrar de las hojas secas tiradas en el piso de otoño es un placer que solo unos Animal Collective habían perfeccionado y ahora toman una forma más ingenua desde "Expect" hasta "Oh, Why". De cabeza a pies es un disco palpable.
El escucha es capaz de sentir cada sonido como si estuviese presente ante nuestros ojos, sentir la brisa en los brazos, el agua en la cara, el movimiento del viento en los árboles y el aleteo de las aves alborotadas. Su arquitectura es tan meticulosamente perfecta que la sensación resulta extraterrenal para llevarnos a una emancipación de la realidad, una más real en donde somos capaces de observar más que mirar y escuchar más que oír.

Cuando todo termina pareciera que despertamos de un sueño del cual nunca queremos despertar. "Wander / Wonder" logra lo que pocos, la mayoria funciona como satisfacción de medio tiempo, él se infiltra a un nivel más viceral y poco a poco construye un hogar. Es un disco valioso por que su valor se siente, se ve y se escucha; por que todos los sentidos son atentos a los detalles, esos que hacen inolvidables las cosas y capaces de formar parte de nosotros por mucho, mucho más tiempo del que uno se pueda imaginar.

desde
tacondeoro.blogspot.com













La presencia de Sonic Youth durante los últimos treinta años ha sido tan constante y poderosa que, más que un grupo seminal o una influencia omnipresente, el cuarteto neoyorquino se ha convertido en un lenguaje, un conjunto de sonidos articulados, signos y reglas que ya (casi) todos conocemos y podemos utilizar libremente. El sello-laboratorio que es Sonic Youth Recordings debía permitirles escapar de esa gramática propia que, si bien está fundada en la experimentación, resulta demasiado conocida para dejar espacio a sus ideas más radicales de investigación sónica. Tal vez por su carácter funcional, al servicio de un turbador filme del debutante Fabrice Gobert sobre adolescentes que desaparecen en los suburbios acomodados de Francia, el SYR9 parece tender un puente entre el Sonic Youth que graba y gira de manera más o menos convencional atendiendo a las expectativas del público y los cuatro músico que jamás han abandonado el espíritu radical que los unió.
Así, y al contrario del resto de referencias de la serie, se puede afirmar que "Simon Werner A Disparu" está compuesto por canciones, en su mayoría temas que se diría podrían haber formado parte de, por ejemplo, "The Eternal" (2009) o de gran parte de sus referencias de este siglo, de haber incluido elementos vocales. Y es la voz de Sonic Youth, no la voz humana que aquí está ausente sino su personalidad única, la que aquí se deconstruye para detenerse en aquellos elementos consustanciales de su diccionario -su particular afinación de las guitarras, los paisajes ambientales de alienación urbana, el angst juvenil- y que ocupan el primer plano de una banda sonora que, en una bonita pirueta, sirve para evocar una película cuyo tratamiento y tono evoca a los propios Sonic Youth.

por Ruben Pujol
desde Rockdelux.es











Una década y media nunca será suficiente para buscar los puntos de inflección sobre la no influencia de Tarwater, que silenciosamente han creado una discografía digna de buscar en estos tiempos de repetición. El humor serio y sardónico, la poesía abstracta y el pensamiento pop se desmenuzan en una perfecta simbiosis de acústica y electrónica. Como unos New Order teutónicos y siempre solemnes, en pos de la perfecta canción e instrumentación, sutiles ante las demandas de efímeras de los mercados. Sin pretender lo que pretenden, lo nuevo de Tarwater es lo mejor desde su amado "Animals, Suns & Atoms" (2000), sin dejar el color gris pero sin ser autómatas de su verdadero color.

El dúo de Berlín Tarwater comenzó a funcionar en 1995, el mismo año en que To Rococo Rot se formó. Ronald Lippok era un miembro de ambas bandas, y en Tarwater se le unió Bernd Jestram. Esta es su 11 º álbum de estudio, y en casi 36 minutos, el trayecto es corto pero contundente, narcótico y turbador. Cuenta con 11 pistas, como una gran celebración de su historia hasta ahora.
Cuando el dúo comenzó a trabajar en el nuevo álbum hace dos años, inicialmente la intención era crear una ópera espacial. Que no iba a ser, pero las visiones resultantes del conocimiento del futuro, de ficción y de la lejana y desconocida sirvió de inspiración para estas canciones. Sin embargo, a pesar de títulos como "Inside The Ships", "Radio War" o "Do the Oz", esto no es un álbum conceptual.
Tarwater siempre han confundido a los fanáticos de la categorización estricta de los analistas pop. La sinestesia produce después de escuchar el nuevo álbum - ver mundos alienígenas a través de estímulos acústicos - es hábilmente creado por Jestram y Lippok en su propia manera especial. Ellos han prescindido de la frialdad y abiertamente sonidos technoid. Ciencia-ficción folclore sigue siendo dejados de lado. La "otredad" se produce, por ejemplo, mediante el uso de metales (tuba, saxofón, trompa, trompeta y trombón) y otros instrumentos que son de otra forma utilizado lejos del contexto pop como el címbalo. Usted realmente tiene que escuchar el doble para distinguir los distintos instrumentos. Aún con estos elementos inusuales, el cosmos y el sonido Tarwater sigue siendo un todo orgánico y es inmediatamente cautivante en la primera escucha. Tarwater desafía cualquier catalogización estética. Mientras que en el pasado la prensa alemana, trabajó con el deliberadamente vago término "indietronics", sus homólogos ingleses asocian al dúo con una tradición y relación directa con el krautrock.
En "Sato Sato" es la primera vez que las letras alemanas aparecen en un álbum de Tarwater. El texto está tomado de una canción de Deutsch-Amerikanischen Freundschaft (DAF) en su álbum de 1981 "Alles Ist Gut". Sin embargo, no es realmente una cubierta: La fonética de las letras sirven principalmente como un instrumento con el que Tarwater forman cada canción. El texto se utiliza, integrado en una nueva composición. Esto también se aplica para "Do the Oz", de John Lennon y Yoko Ono. La obra se publicó originalmente en 1971 como cara B del single "God Save Us" y fue una muestra de solidaridad para la revista de cultura underground Oz, que fue amenazada con la censura en esa época.
Tarwater actúa como una interfaz entre diferentes movimientos artísticos. Mientras que el trabajo Jestram y Lippok incluye componer y tocar música para cine y teatro, "Inside The Ships" sirvió de modelo para el cortometraje "The Eagle is Gone" de Mario Mentrup y Sattel Volker. La película está ambientada en la noche, en Berlín, en Alexanderplatz. La única estética desdibuja en blanco y negro los límites entre el expresionismo finales de los años 20, el encanto frío de los años 80, y el presente. Todo esto es apoyado por canciones de Tarwater, que no fueron escritas para las imágenes, sino que sirvió de inspiración para las imágenes, y por lo tanto en realidad genera las imágenes. En este sentido, "Inside The Ships" ("Dentro De Las Naves") se convierte en una forma dialógica de la introspección.

"Inside The Ships" también funciona como una metáfora para el "interior", ya sea dentro de un buque o interpretado metafísicamente. La canción "Palace At 5 AM" se basa en un poema de Charles Baudelaire que parafrasea las imágenes y las emociones inducidas por la 'Rausch' (humareda) de la intoxicación. Esto también encaja en el concepto: En la Edad Media Rausch (o "Rusch" en alto alemán medio) significa un "viaje impetuoso". De salir con Tarwater es descubrir algo nuevo y la intensificación de la familiar. En cualquier caso, sigue siendo un placer duradero.

desde
www.bureau-b.com













Mike Volpe (el productor de rap 'más sensible') aka Clams Casino activa los centros del placer instantáneamente, sus bases –sencillas en el fondo, con un delicado lecho de sintetizadores, leves cuerdas sintéticas y más melodía que caja de ritmo– son de las que inmediatamente ponen a circular las endorfinas al transportar, de una forma nada forzada, apuntes de dream pop, soundtracks, shoegaze y pop bucólico a sus tejidos oníricos.

Se comenta que Mike Volpe tenía unos doscientos instrumentales previos a la edición de este luminoso “Instrumentals”, de los cuales, solo trece pasaron el filtro final. Volpe, estudiante inglés de 23 años residente en Nueva Jersey, pertenece a la misma escuela de productores que Richard D. James: utiliza internet como una herramienta más a la hora de hacer su “corta y pega” particular y trabaja en su dormitorio -en este caso un ático-, donde ensambla sus piezas a modo de operetas díscolas. Es así como hizo sus primeros pinitos con los raperos Soulja Boy y Lil B, ahora con una carrera lanzada hacia el estrellato gracias al trabajo de sus respectivas compañías discográficas.

Que los límites del hip-hop se están ensanchando como un Blandiblub en manos de un niño es algo que está claro desde que la escudería Anticon empezó a dinamitar sus fronteras, hace ya una década. Pero es ahora, con productores “hijos de internet”, alejados de los focos y ajenos a lo que dictan los manuales, cuando determinar donde están sus límites se ha convertido en tema de debate habitual.
Pero, en realidad, decir qué es y qué no es hip hop ya importa poco; muchos no lo pueden ni siquiera detectar en álbumes como el de Balam Acab. El sonido ensoñador, parcialmente hipnagógico, crujiente y a ratos paisajista de “Instrumentals”, un torrente inagotable de melodías, es un caso extraño que pocos discos de estas características pueden alcanzar.
La primera parte del trabajo se centra en la electrónica de corte más onírico, mientras que en la segunda mitad se encuentran los pasajes más “pop” y -para un servidor- los mejores momentos del total del minutaje: “Illest Alive” y "Cold War", con sendos sampleados vocales de Björk (irreconocible “Bachelorette”) y Janelle Monae. Dos composiciones que viajan en preferente y empujan a Mike Volpe un peldaño más hacia la gloria.

“Instrumentals” es un disco arriesgado, intenso y emocional, que pone a Clams Casino en el mapa de artistas a tener en cuenta para el futuro -el mismo que está aquí al lado y que le pertenece-.

por David G. Balasch
desde Numerocero.es












Este chico necesitaba un álbum como “You Stand Uncertain”. Con todo el mundo mirando pasmados y en posición más hater que lover el tema del post-Dubstep y las mutaciones UK, el siempre regular e inspirado Drew Lustman merecía un disco largo mejor y más acertado que aquel irregular y descompensado “Love Is A Liability“. Aquel trabajo del 2009 no hacía nada de justicia a el nivelazo que FaltyDL mantiene en sus últimas producciones y colaboraciones esporádicas, aquello eran pruebas, experimentos demasiado acelerados y con poca perspectiva. Ahora, con el 2011 esperándole, el artista neoyorkino ha sabido como soprender, distanciarse de la escena que más críticas despierta y no caer en recursos típicos. Digamos que se acaba de consolidar con este álbum como un productor único en su raza y, eso, vale más que el pan de aceitunas. FaltyDL sabe jugar con los ritmos poco frecuentes, las influencias Jazz, los quebrados del Breakbeat y el Jungle, los sintes más desgarradores y a la vez, sensiblones, incluso se permite redefinir a su manera lo que en una época se entendió como Trip Hop. Como bien ha dicho y dirá todo el mundo, aquí de Dubstep o post-Dubstep, nanai de la China.

Aparte, enfrentarse a un trabajo acompañado de una vocalista como Anneka o Lily MacKenzie es harina de otro costal, la musicalidad debe ganar en señorío, debe pensarse todo 4 veces más de lo normal y hacer que el producto y todos sus factores brillen en su justa medida. Eso podría ser lo mejor de este “You Stand Uncertain”, nada está de postizo, todo cuenta y aunque pueda parecer inesperado, al final acaba cobrando sentido, tanto los beats, los arreglos de percusión o los digitales, es un trabajo muy bien ponderado y cultivado. Lo malo? sin duda alguna la monotonía que producen en global las producciones de FaltyDL todas juntas, a mi entender le falta ese punto en el que dices “quiero volver a escucharlo, rite now”. Aunque algunos temas solos sí enganchan, él al completo, no lo hace.

Científicamente hay pocas cosas reprochables en esta referencia y a buen seguro será elegido como uno de los álbums más importantes del año. “The Pacifist” combina de manera bellísima influencias tanto de la IDM como del Downtempo, a la vez que algo del dramatismo aprendido de los Techno headz hace su aparición. “Gospel Of Opal” es por excelencia el hit comercial del álbum, un híbrido Dubstep más cercano al Trip Hop de vieja escuela que de otra cosa. La seriedad electrónica empieza a notarse con “Open Space”, un track lleno de maravillas rítmicas bien conjuntadas y proporcionadas que requieren de varias escuchas para discernir la multitud de influencias que este hombre tiene en su cabeza (recordemos que tiene tatuado en el antebrazo un bonito homenaje a “Bitches Brew”). “Brazil” -el tema que está remezclando medio mundo via Soundcloud- es la otra perla que hará a FaltyDL ganarse los favores de un público no entrenado para sus retorcidos collages, una vez más observamos la elegancia y musicalidad que están adquiriendo sus producciones, voces drageadas y muy bien puestas, detallazos líricos que van creando la melodía poco a poco, realmente sublime.

“It’s All Good”, “Eight Eighteen Ten” y el track que da nombre al álbum no están ni mucho menos de relleno, concretamente en este último el break es letal, completamente adictivo, imperecedero. Se sigue sin ir a ningún lado, se sigue creando una bonita atmósfera llena de homenajes e influencias y consagrando un estilo único. Es importante pararse, ahora, para hablar de “Lucky Luciano”, sin duda y de largo, el mejor track del álbum. No porque sea el más movido de por sí, sino por que es el más carismático, cercano al primitivismo de este productor, alejado del querer realizar un producto más bello y asimilable, aquí está FaltyDL, el de verdad, el que gusta de ritmos desgarbados, desconcertados y consigue una auténtica fusión nuclear con ellos, un demente del sampleo en estado puro y vertiginoso. “Voyager” si que presenta un poco de actitud de relleno, tendencia Chi-House y casi más emparentado con el Nu-Disco de Daniel Wang que con Lustman, bueno, seguro que se deben conocer allá en la Gran Manzana. Los dos tracks siguientes son realmente acertados, te despiertan después del letargo en el que te ha postrado el último tema; “Tell Them Stories” es un mutante UK-Garage bien definido, aunque puestos a sacar defectos, algo pesado con los sintes, “Play With My Heart” es otro de mis favoritos, un ritmo 2-stepado, fantástica mezcla de influencias marcadas por el Dubstep más acelerado y el Downtempo. “Waited Patiently” es el final, algo edulcorado y con un motivo de piano que se hace algo repetitivo y cansino, aunque no quita brillantez al cómputo global del trabajo.

Las conclusiones son fáciles, uno de los discos del año, no tan excepcional como se preveía (ya que, más que nada, FaltyDL demuestra evolución y, seguramente podrá hacerlo mucho mejor) y que consolida al neoyorkino como figura esencial dentro de la escena electrónica avanzada del momento, un productor que poco a poco va alcanzando un nombre atemporal y, algo que muchos siguen sin tener, el estilo propio.

por Frankie Pizá
desde Conceptoradio.net











El temible "Advice & Vices" de Chelsea Wolfe parece haber sido grabado en la parte inferior del hueco de un ascensor después de un desastre natural. Está oscuro, pero no demasiado así, con un riff simple que recuerda Surfa Rosa y un aumento de la información amenaza con detener la canción en sus pistas. Lo más extraño de todos, sin embargo, es lo bonito que suena la voz de Wolfe, incluso cuando está cantando, "Un corazón sangra por otro..." que suena como un Nicks Stevie menos nerviosos.

La música de esta muchacha goth californiana se encuentra perdida entre las alucinaciones de Zola Jesus, el desgarro de PJ Harvey y la solemnidad de Marissa Nadler, entre la suciedad y el brillo a fin de cuentas, No Wave + Lo Fi + Punk.












PARTY TRASH
Alone

clan destine, 2011

Para Clan Destine, sello sobre el que pronto volveremos a incidir por estos derroteros, Joe Volmer aka Party Trash ha publicado "Alone", un nuevo trabajo de once temas de psicodelia abstracta, plancton de negativo electromagnético y sinfonías aciagas en la forma de brasas drónicas saturadas, sigilos y vilos alucinatorios, sirenas ambulatorias y policiales en respuesta al terrorismo dramático de una banda sonora de suspense intrigante.
Witch-House de mala madre.









Sintoniza esta noche a las 21:00 El Sueño del Esquimal a través del 87.7 fm Radio Placeres desde Valparaíso y online desde acá.








Apart #2 - Balam Acab from dre間am on Vimeo.








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